Qué aprendimos esta postemporada

Jan 16, 2022; Arlington, Texas, USA; Dallas Cowboys quarterback Dak Prescott (4) sits on the turf after play against the San Francisco 49ers during the second half of the NFC Wild Card playoff football game at AT&T Stadium. Mandatory Credit: Kevin Jairaj-USA TODAY Sports

Por Juan Manuel Arróniz

Estamos a días de vivir una edición más del Super Bowl. Los Rams estarán emulando lo hecho por Tampa Bay el año pasado y jugarán en casa, mientras Cincinnati busca levantar el prestigiosos Lombardi por primera vez en su historia. Ambos conjuntos fueron los cuartos sembrados en sus respectivas conferencias y por ello se vieron obligados a superar tres duras pruebas antes de llegar a la tierra prometida. 

Previo a meternos de lleno en el encuentro entre Matthew Stafford y Joe Burrow, repasemos algunos de los mayores aprendizajes que nos dejó la postemporada.

Jugar en casa y estar bien sembrado no asegura nada

Pregúntele usted a Green Bay y Tennessee cómo les fue con la mejor posición de sus respectivas conferencias. Ninguno de los dos pudo hacerse con una sola victoria en los playoffs y parecieron estar fuera de ritmo después de una bien ganada semana de descanso. 

Ryan Tannehill se mandó tres intercepciones frente a Cincinnati en un partido deplorable. Por su parte, la defensa de San Francisco, fuera de la primera serie del encuentro, dominó a Aaron Rodgers durante cuatro cuartos difíciles de deglutir para la afición de los Empacadores. 

No solo ellos, Kansas City dejó ir una ventaja de 18 punto en un estadio que varias veces ha roto récords por la cantidad de ruido que sus aficionados suelen generar. Dallas tuvo su típico cameo en el AT&T y Los Ángeles aguantó la épica de Tom Brady en Tampa. 

Sí, los Carneros serán locales el domingo, pero eso no les asegura nada, sobre todo ante unos Bengalas que ya triunfaron en el Nissan Stadium y en Arrowhead. 

La ventana se le cierra a Kansas City 

Hace no mucho tiempo Chris Jones hablaba de cinco anillos de Super Bowl y Tyreek Hill se conformaba con siete. El mismo Patrick Mahomes creó expectativas exageradas al expresar su deseo de irse 20-0. Quizá el baño de humildad patrocinado por los Bengals sirva para aplacar los aires de grandeza provenientes de Kansas. 

En estos momentos los Chiefs se asemejan más al Seattle de la década pasada y menos a los Patriotas del nuevo milenio. En otras palabras, huelen a equipo sumamente talentoso, mal entrenado y que al final podría quedarse con solamente un título y haber desperdiciado muy buenos años. 

Es temprano para tal vaticinio, sin embargo, Mahomes y compañía ya perdieron un Super Tazón de manera vergonzosa, dejaron ir una ventaja de casi tres anotaciones ante Cincinnati en el campeonato de conferencia y, lo más importante de todo, tienen bastante compañía en la AFC. 

Los Bills y Bengals vienen pisando fuerte; ambos conjuntos con mariscales de campo más que capaces de comandar a sus franquicias a múltiples campeonatos. Por si fuera poco, en el Oeste de la Americana se encuentra un tipo con el nombre de Justin Herbert. Esto sin mencionar la hipotética llegada de Rodgers a los Broncos. 

Aún no sabemos qué será de Trevor Lawrence y de Mac Jones, por ejemplo. Los Acereros podrían seleccionar al futuro de la franquicia en abril o hacerlo el próximo año. El punto es que Kansas City ha dejado ir varias oportunidades y deben ser autocríticos a la hora de evaluar su desempeño en circunstancias de vida o muerte. 

Talento le sobra a la escuadra de Andy Reid, pero no basta con eso para alzar trofeos Lombardi. 

Los pateadores también son personas

Excepto por Evan McPherson, ese tipo es una máquina. Hay algo con la AFC Norte y sus pateadores que no deja de ser sorprendente; Justin Tucker (quizá el mejor de todos los tiempos en su posición), Chris Boswell y ahora McPherson juegan en la misma división. 

Al novato egresado de Florida le corre hielo por las venas. Ha intentado 12 goles de campo en tres juegos de postemporada y ha metido cada uno de ellos (yéndose de cuatro, cuatro en cada compromiso). Le tocó decantar las acciones en Tennessee y de visita ante los Jefes, en ambas respondió con patadas que mandaron a su equipo a la siguiente ronda (la de Tennessee fue de 52 yarditas). 

El mismo fin de semana en que el nuevo pateador sensación mandó a los Titanes de vacaciones, el eterno Robbie Gould hizo lo propio con el inmunizado Rodgers y compañía cuando concretó un intento de 45 yardas bajo el aguanieve y cobijado por el frío de la tundra. 

Aunque un poco más sencillo, Matt Gay – que había fallado más temprano en el juego – metió a los Rams al campeonato de conferencia con tres puntos que mandaron a Tom Brady a casa de una vez por todas. 

Y no solo los pateadores, los equipos especiales como conjunto. Basta ver lo realizado por San Francisco en su visita a Green Bay, los gambusinos se impusieron sin un solo punto ofensivo aquella gélida noche. Dos goles de campo de Gould y un bloqueo de despeje que resultó en touchdown fueron suficientes en un extraño encuentro. 

Lo anterior sirve de recordatorio a todos quienes con frecuencia hacemos a un lado la enorme valía de los especialistas. Además, confirma que se puede seleccionar a un pateador relativamente temprano (quinta ronda) en el draft y lucir como un genio; lo Bengals apostaron por McPherson con su pick 149 en abril pasado. 

Dallas sigue siendo Dallas

Veintiséis campañas y contando…

Desde la postemporada de 1996, los Vaqueros han triunfado cuatro veces a la hora de la verdad, cayendo en 11 ocasiones. Este año ni siquiera pudieron avanzar de ronda después de un prometedor récord de 12-5. Los 49ers regresaron a Dallas a una realidad de la que no sale por más que los medios se obstinen en inflar las expectativas de la franquicia. 

Ya ni siquiera hablemos de apariciones en el super domingo, el campeonato de conferencia luce como un logro inalcanzable cada vez que los de la estrella solitaria se enfrentan a situaciones decisivas. Su desempeño en la campaña regular suele ser engañoso por encontrarse en la peor división de la liga y esto se ve reflejado una vez dentro de los playoffs. 

Mucho se habló de la posibilidad de intentar una última jugada si el árbitro no se hubiese interpuesto entre Dak Prescott y su centro en el juego ante San Francisco. La realidad es que la regla es muy clara y la decisión de correr cuando no se tienen tiempos fuera deja mucho que desear. Mike McCarthy y Mike Tomlin tienen algo en común más allá del nombre: Ambos presumen un anillo de Super Bowl que se ganó a pesar de ellos. 

Seguramente volveremos a tener una temporada baja movida en el norte de Texas. Si Jerry Jones lloró al inicio del campamento de entrenamiento hace algunos meses, podemos esperar cualquier cosa, excepto unos Cowboys competentes en los playoffs. Lo dice la historia, no lo digo yo. 

Existen diversas formas de construir un roster ganador

Los Rams tiraron la casa por la ventana cuando se hicieron de Matthew Stafford a inicios de 2021, mandando dos primeras selecciones (2022 y 2023) a Detroit. No contentos con esto, se hicieron de Von Miller en noviembre para emparejarlo con Aaron Donald en la frontal defensiva y poco después firmaron a Odell Beckham Jr. 

Siempre agresivos, los californianos jugarán su segundo Super Bowl en tres años siguiendo dicha fórmula. Recordemos que antes se habían adjudicado a Jalen Ramsey en un canje que mandó dos selecciones de primera ronda a Jacksonville. Algunos equipos se construyen a través del draft, los Rams lo hacen a pesar del mismo. 

Del otro lado, los Benglas por fin fueron agresivos en la agencia libre con miras a mejorar una deplorable defensiva, sacrificando de momento el bien de la línea ofensiva y de su quarterback franquicia. 

Firmaron a Eli Apple a un precio accesible, le dieron a Mike Hilton un jugoso contrato de aproximadamente seis millones por año en las próximas cuatro campañas y llevaron a Trey Hendrickson por 60 millones de verdes. Estos tres hombres tuvieron un gran impacto en el campeonato de conferencia. 

Además, hay que sumarle las firmas de Chidobe Awuzie y Larry Ogunjobi, dos tipos que le dieron bastante profundidad a la defensa felina. Ya en 2020 se habían hecho con los servicios de un Von Bell sumamente redituable.

Aunado a esto van las selecciones de Joe Burrow y Ja’Marr Chase en drafts consecutivos. La ofensiva de los Rams apostó por la veteranía a la ofensiva, mientras su contraparte lo hizo por la juventud. 

Siete equipos en postemporada son demasiados 

No necesito añadir nada más, ¿verdad?

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