Así es visitar el SoFi Stadium

Llevo ya varios años visitando estadios de la NFL pero por primera vez iba a la obra faraónica de Stan Kroenke. El SoFi Stadium.

Salgo de San Diego a las 9:15 horas para llegar con tiempo. Google Maps marca dos horas y cinco minutos. Entre más avanzo, curiosamente más se posterga el tiempo de llegada.

Pasan las dos horas y ya estoy en Inglewood, cerca del estadio, o al menos así se siente al ver la cantidad de jerseys, que por cierto, increíblemente se ven más de Cleveland que del equipo local.

Paso dos semáforos dentro de Inglewood y se descubre la obra de arte que es el estadio SoFi.

El inmueble cuenta con una estructura muy única que es bastante apreciable a la distancia. De hecho, desde ciertos puntos, se pueden ver varias partes del estadio con todo y cuadras enteras bloqueando de frente.

Tardé treinta minutos de ver el estadio al llegar a mi estacionamiento en el lote naranja. Entre tráfico y tener que pasar múltiples cuadras a lo alrededor. El estadio es tan grande que sólo rodearlo llega a ser tedioso y se siente como si te estuvieras alejando mucho, pero cuando te das cuenta, todo sigue siendo parte del complejo.

El estadio y su terreno abarcan 121 hectáreas de terreno, puede acomodar para partidos semanales más de 70,000 aficionados con capacidad de expandirse hasta a poco más de 100,000 para eventos como el Super Bowl.

Entro al estadio después de una breve fila y me doy cuenta que la mega estructura, que a pesar de que se ve a kilómetros, estás entrando a la mitad del estadio. Es decir, la otra mitad es bajo tierra.

Apenas entras y rápidamente se puede ver la enorme pantalla de 70,000 pies cuadrados que está dividida por secciones para que no importa en qué asiento estés, puedas ver estadísticas, repeticiones y el juego en tiempo real.

Por dentro, el estadio tiene pantallas en todos lados. Ya sea que tengas que ir al baño o por un snack, mientras estés caminando por los pasillos no te pierdes una jugada por la buena distribución de pantallas.

La comida es bastante buena y cuentan con una variedad decente de opciones. Si visitas el estadio, pasa por un hot dog stromboli de San Vicente Boulevard dentro del estadio.

Después de comer fui a sentarme y noté que los asientos superan la calidad de cualquier estadio al que haya ido. Mucho más espacios y más cómodos de lo normal. No me quedé en ellos ya que no me correspondía ver el juego como aficionado, así que subí a la sección de prensa donde una vez más, se vive una experiencia diferente.

Me costó algo de trabajo llegar, ya que los elevadores de prensa son extremadamente ocupados. Entro a la zona de prensa y me encuentro con un espacio ordenado, limpio y grande. No conozco esta área de muchos estadios, pero de los que sí, fácilmente los supera. Excelente vista, muy buena comida y puntualmente anuncian los datos del partido. Además de esto, cuentan con varias pantallas para ver las repeticiones y en la zona de cafetería tienen el resto de los partidos.

Sin duda alguna, de todos los estadios en los que he estado, este ha sido inequívocamente el mejor en todos los aspectos. Desde la experiencia al entrar hasta la arquitectura es algo sobresaliente. Definitivamente es un lugar que un aficionado de la NFL apreciará.

Por Alejandro Romo (@alxromo)

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