Gracias, Ben

por Juan Manuel Arróniz

Si usted me preguntara por el marcador del lunes, tendría que revisarlo antes de contestarle porque  claramente fue lo menos relevante. Siempre es importante ganar y más cuando despides a uno de los mejores jugadores en la historia de la franquicia, pero las esperanzas de postemporada recaen sobre los hombros de Jacksonville. Se trataba de Ben Roethlisberger; una última oportunidad de darle gracias por 18 grandiosas temporadas detrás del centro en una de las ciudades que más ama este hermoso deporte.

Pocas veces en la NFL podemos ver un espectáculo más parecido al retiro de un futbolista que al de un jugador de americano. Hablamos de una despedida como se merece un tipo que lo dio todo durante casi dos décadas. Jerome Bettis y Peyton Manning salieron Lombardi en mano tras su último partido como profesionales, Charles Woodson pudo decirle adiós al Coliseo y su gente después de una victoria ante los Cargadores y el propio Eli Manning tuvo una pequeña ovación en Metlife. Nada se compara, sin embargo, a lo de este lunes en Heinz Field.

Un estadio repleto, pancartas de agradecimiento por doquier, gritos de “Thank you Ben!” y formación victoria en una noche redonda. El mariscal incluso se dio tiempo para recibir a sus hijos en el emparrillado y dar una pequeña vuelta chocando manos con la afición. “Estos son los mejores fans en el deporte y el mejor lugar para jugar”, dijo Roethlisberger entre lágrimas durante la conferencia post-partido.

TAMPA – FEBRUARY 1: Quarterback Ben Roethlisberger #7 of the Pittsburgh Steelers hoists the Lombardi Trophy after his team’s 27-23 victory over the Arizona Cardinals during Super Bowl XLIII at Raymond James Stadium on February 1, 2009 in Tampa, Florida. (Photo by Donald Miralle/Getty Images)

“Con una victoria”, respondió cuando le preguntaron cómo se despedía del lugar. Benjamin Todd Roethlisberger jamás tuvo una temporada perdedora al frente de la franquicia desde su llegada en 2004. Sumó 92 victorias en Heinz Field – dese un momento para pensar en esto – y presume dos anillos de campeón. Él mismo lo dijo, no siempre fue bonito, pero sí efectivo.

Como el lunes. Ben culminó con 24 de 46 para 123 yardas, uno de anotación y una insignificante intercepción al final de la primera mitad. Baker Mayfield también lanzó 22 pases incompletos, incluyendo dos intercepciones, la segunda de ellas lograda por Tre Norwood y que le dio la oportunidad al Big Ben de salir al campo del Heinz por última vez en su carrera.

Diontae Johnson se llevó la icónica recepción de touchdown en un partido donde brillaron con luz propia el corredor novato Najee Harris y T.J. Watt. El primero de ellos se destapó con 188 yardas terrestres y una anotación, mientras Watt se embolsó cuatro capturas más de cara al encuentro de la próxima semana en Baltimore, donde intentará romper el récord para una temporada establecido por Michael Strahan en 2001.

Con la victoria 26 – 14 sobre los Browns, Roethlisberger se despide de la NFL sin haber perdido jamás ante Cleveland en Pittsburgh durante la temporada regular. Pocos mariscales de campo han demostrado tal dominio ante una sola franquicia en la historia de la liga – y ante su división.

El Lunes por la Noche fue un regalo de los dioses del deporte a todos los románticos que nos resistimos a los embates de la actualidad y el dinero. Es cada vez más extraño encontrar a un atleta vistiendo los mismos colores a lo largo de una carrera tan larga; Roethlisberger es el quarterback que más tiempo jugó con un solo equipo. Desde joven comprendió lo que significaba ser parte de la ciudad del acero y representar a una de las aficiones más fieles y conocedoras alrededor del mundo. Hablamos de un hombre que ganó un partido frente a Ray Lewis y compañía jugando con la nariz rota y que se mandó uno de los mejores pases en la historia del Super Bowl jugando con dos costillas rotas en Tampa Bay.

He llorado en cuatro ocasiones viendo a los Acereros. La primera durante mi temporada de novato viendo a este equipo en 2005. Cuando Jerome Bettis soltó el balón sobre la línea de gol en Indianápolis, la temporada mágica parecía llegar a su fin, sin embargo, Roethlisberger realizó la “Inmaculada tackleada” y le salvó el pellejo a su corredor. La segunda vino cuando Larry Fitzgerald puso arriba a Arizona en el Super Bowl XLIII. De nueva cuenta el número siete sacó la casta para adjudicarse un segundo campeonato. La tercera fue la dolorosa derrota frente a Green Bay en el AT&T y la cuarta vino el lunes tras culminar el encuentro.

Cabe resaltar las muestras de respeto por parte de muchos jugadores de Cleveland, incluido Myles Garrett, quien se fundió en un sincero abrazo con el hombre al que capturó en múltiples ocasiones.

El oriundo de Ohio se va con todos los récords de la franquicia a su nombre. A falta de un juego, Ben presume 63 mil 844 yardas, 417 pases de anotación y un porcentaje de completos superior a los 64 puntos. Fue parte de tres Super Bowls y se coronó en dos ocasiones. Los éxitos vinieron pronto para el egresado de Miami (Ohio), pues ganó el Super Tazón XL en su segunda campaña al mando. Durante los últimos cinco años no pudo presumir gran cosa en la postemporada y seguramente quedará fuera este año.

El veterano pasador es el único jugador que ha lanzado para más de 500 yardas en un partido en tres ocasiones distintas – frente a Green Bay en 2009, Indianápolis en 2014 y Baltimore en 2017 -, además de conseguir dos partidos consecutivos con seis envíos de anotación.

Más allá de todos los números, las victorias, las grandes jugadas, etc. Los deportes, como lo dijo Dejan Kovacevic, se tratan de las grandes historias y ésta fue una de ellas. Puede que nunca volvamos a ver a un mariscal de este calibre en Pittsburgh, seguramente vendrán épocas muy difíciles en los próximos años. Así que hoy trate de saborear el momento, recuerde todo lo bueno que este hombre le dio a la franquicia temporada tras temporada.

Quizá se retiró un año tarde, pero no podía irse ante un estadio vació con la vapuleada a cuestas. Lo acontecido en Heinz Field en el último Lunes por la Noche de la temporada es propio de una carrera magnífica, así es como se despide a los grandes. Roethlisberger incluso se dio tiempo para sentarse en la misma banca que compartiera con Maurkice Pouncey hace un año, antes de abandonar el terreno de juego a través del túnel, acompañado de su esposa y sus hijos.

Se va el único steeler sobreviviente de cuando su servidor comenzó a ver la NFL en 2005. Se va una leyenda.

¡Gracias Ben!

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