Mark Sanchez, de la Final de Conferencia al ‘Butt Fumble’

Es el 20 de septiembre de 2009. Unos Jets rodeados de dudas (como de costumbre en esa década) reciben al archirrival que los ha mantenido en las sombras junto a los otros dos equipos de la división Este de la Conferencia Americana; nada más y nada menos que los New England Patriots de Tom Brady y Bill Belichick.

Es el debut en casa del QB novato de raíces mexicanas Mark Sanchez, elegido en la primera ronda por el equipo de New Jersey en el Draft de ese mismo año con la quinta selección global, a pesar de ser calificado con “poca experiencia” por diversos scouts, incluido su propio head coach de USC en ese entonces y actual comandante de los Seattle Seahawks, Pete Carroll.

Sanchez se convierte en el primer QB elegido en primera ronda por los Jets desde el año 2000 y en el primer QB novato en ser nombrado titular del equipo desde Dick Jamieson en el año de 1960, apenas un mes antes de este encuentro en Meadowlands.

“J-E-T-S! JETS! JETS! JETS!” suena el grito de guerra de la afición esmeralda, acompañado de la clásica sirena de ataque aéreo justo antes del volado, como cada domingo. Sólo que este domingo hay algo diferente. Se respira una esperanza como nunca antes en el contaminado aire de New Jersey. Esa esperanza lleva un nombre, con un toque familiar para los aficionados mexicanos y mexicoamericanos del equipo.

Los Patriots ganan el volado, algo que no es motivo suficiente para desmotivar a nadie en su propia casa. Tom Brady está en su temporada de regreso a los emparrillados, ya que un año antes se vio marginado toda la temporada con una lesión de ligamentos de la rodilla. Comanda la primera ofensiva como si nunca hubiera tenido un parón. Empieza a conectarse con cierto ala cerrada novato llamado Rob Gronkowski. Apenas van tres minutos del partido y Brady suelta el brazo como casi nunca suele hacerlo, con miras a su receptor estrella Randy Moss y pareciera que los corazones de los fanáticos comenzaran a romperse. Pero Moss está siendo marcado muy de cerca por el esquinero estelar Darrelle Revis y el pase no es capturado por el receptor en la zona de anotación. El aliento vuelve a la fanaticada. Aún así los Patriots siguen avanzando en el campo y disolviendo a la defensa de los Jets como mantequilla, lucen imparables hasta este punto. Su juego de carrera con Fred Taylor es inquebrantable. Rex Ryan, en su primera temporada como head coach del equipo neoyorquino, pareciera no saber cómo detener este ataque desde la lateral.

Por si fuera poco otro gran receptor de los Patriots, Wes Welker, comienza a destacar en esta ofensiva de ya casi nueve minutos. Pero son detenidos y Stephen Gostkowski no logra conectar el intento de gol de campo. El estadio estalla en euforia.

Es momento de brillar: Mark Sanchez salta al campo, iniciará desde su yarda 27. Toma el snap y… ¡JUGADA DE PLAY ACTION! ¡Sanchez se atreve a soltar el brazo en la primera jugada en su nuevo hogar! El pase luce preciso, su receptor está desmarcado pero no mide bien el vuelo del ovoide, y parece que el pase acaba de ser interceptado por la secundaria de los Pats. Hasta ahora así es el llamado de la jugada por los oficiales, quienes acuden a las pantallas a revisarla. El corazón de Mark por momentos se detiene, la emoción de debutar en su estadio pende de un hilo, al igual que las expectativas de los miles de aficionados que hoy abarrotaron Meadowlands. Pero el ovoide tocó el césped justo antes de ser atrapado por el esquinero de los de azul marino. Los oficiales marcan un simple pase incompleto. Un grito ensordecedor de la afición resucita las ilusiones del QB novato. Esta vez no se arriesga y entrega el ovoide a su corredor para una jugada de 5 yardas. Su primera ofensiva en casa no tiene éxito. Pero ese intento de pase que llevaba buena dirección y fuerza, y que resultó increíble para ser su primera jugada, alienta a propios y extraños.

Quizás en este primer drive podríamos resumir lo que fue su carrera en la NFL. Un QB que en un inicio tomó por sorpresa a la liga, con momentos extraños y que a la vez terminó su participación con sinsabores, por no decir de manera mediocre.

Revis fue el destacado aquella tarde opacando a Moss a lo largo de este encuentro en que los Jets se impusieron 16 a 9; Sanchez firmó una actuación con números discretos, pero algo en el mexicoamericano daba esperanzas a la afición.

Es la noche de acción de gracias del 2012 en el nuevo estadio ubicado en Meadowlands, el “Metlife Stadium”, un imponente monstruo de acero y aluminio a las afueras de Nueva York, quizás el estadio más impresionante y tecnológico de esa época. Una nueva edición de la añeja rivalidad entre Patriots y Jets cobra vida, sin embargo la balanza está muy inclinada para los de New England (como en los últimos 20 años), quienes vienen de derrotar a los Indianapolis Colts comandados por el QB sensación del momento, Andrew Luck (el cual firmaría una temporada de Pro Bowl ese mismo año), y llegan instalados como líderes de su división con un récord de 7-3. En el otro lado, los Jets regresan a su estadio después de vencer a los St. Louis Rams en la semana 11, pero con un récord perdedor hasta el momento de 4-6, buscando desempatar con los Dolphins y los Bills. Son dos caras en la moneda.

Es el momento en que todo Estados Unidos se ha reunido a cenar en familia para, durante o posterior a la cena, disfrutar por televisión del mayor evento deportivo del incipiente invierno. Pareciera el escenario ideal para que los Jets de Mark Sanchez den el campanazo definitivo, toda vez que en su temporada (casi de ensueño) del 2010 comandó a su equipo a la cuarta aparición en su historia y segunda consecutiva en el juego de campeonato de la AFC (dejando a los mismos Patriots en el camino), empatando en el segundo puesto de mariscales de campo con más victorias de visitante en postemporada de la historia, para después ser nombrado uno de los capitanes del equipo por el coach Ryan.

La escena está puesta, los reflectores del mundo deportivo están sobre el Metlife. Este es el primer juego de Thanksgiving de horario estelar en la historia de la liga en ser transmitido por señal abierta en televisión nacional, un anuncio de 30 segundos dobla el costo a uno de un juego de domingo por la noche. El mismísimo John Madden pone la mesa al inicio de la transmisión de NBC, con un prólogo en el que evoca a la tradición de acción de gracias y la NFL, así como la unión de los mismos. El cielo está despejado en New Jersey, el frío de noviembre no es avasallador, por lo que no impide la práctica del football. No cabe un alma. Minuto de silencio por las víctimas que dejó a su paso el huracán Sandy, seguido del himno norteamericano cantado casi celestial por un coro de niños, el cual es enlazado de manera simultánea en la transmisión con el Task Force-1 de militares estadounidenses en Afganistán.

“J-E-T-S! JETS! JETS! JETS!”, al unísono con la alarma antiaérea. Los Patriots ganan el volado de nueva cuenta. Tom Brady llega con un rating de QB de 115 en la temporada. Esta noche no contará con grandes nombres como Sebastian Vollmer, Logan Mankins o Gronkowski; sin embargo su defensa infunde terror, los de Massachusetts alinean estrellas de la talla de Rob Ninkovich, Vince Wilfork, Jerod Mayo, Aqib Talib, entre otros. Por el contrario, Mark Sanchez no cuenta con grandes armas para este juego, el centro Nick Mangold es quizás su compañero con mayor renombre; de ahí en fuera parece estar él solo. Su cuerpo de receptores es el peor en la liga en yardas, recepciones y anotaciones. Pero eso no desmotiva a nuestro “paisano”.

Primera ofensiva para los Pats, Brady es presionado por la defensa, orillándolo a cometer el primer castigo del encuentro, un grounding intencional para evitar ser capturado. Estruendoso es el primer estallo de emoción en la tribuna, de pronto esto podría ser un buen augurio. El primer pase del QB rival es atrapado por Edelman, quien no llega a la marca del primero y diez en su tercera oportunidad de avanzar. Gran emoción se vive en el estadio.

Es momento de brillar… o no.

Mark Sanchez salta al campo por primera vez en la noche, y en su primer jugada es capturado por el linebacker novato Dont’a Hightower. Los Jets también entregan el balón después de sus tres primeras oportunidades. El resto del primer cuarto transcurre sin grandes emociones, en uno de los cortes comerciales de la transmisión nos muestran un tailgate muy diferente a lo habitual al exterior del Metlife: mesas largas con manteles blancos donde el platillo estrella es el pavo, las familias se reúnen a cenar como si de su mismo hogar se tratara.

Gostkowski vuelve a fallar su primer intento de gol de campo, como aquella tarde de 2009. Esto anima al equipo de verde, quienes avanzan casi de forma quirúrgica el campo para instalarse cerca de zona roja y consumen gran parte del reloj. Sin embargo, el primer momento de mala pinta llega con un pase interceptado por Steve Gregory a Mark Sanchez; aprovechado por los Patriots entre castigos a su favor y ofensivas sin reunión, logrando su primera anotación justo al inicio del segundo cuarto en una conexión de poco yardaje entre Brady y Welker. De esta manera se abre el marcador mientras en la transmisión se empieza a mostrar a Tim Tebow en el sideline, el QB suplente de Sanchez.

Continúa el segundo cuarto, el que se convertiría en el peor cuarto en la historia de Mark y quizás uno de los peores en la historia de los Jets. Cuarta oportunidad y una yarda por avanzar. Otra vez cerca de zona roja. Los Jets “se la juegan”. En un forcejeo en jugada de acarreo, la defensa de los Pats logra desprender a Greene del ovoide, siendo recuperado por Gregory, agregándolo a su estadística personal con la intercepción previa. New England de nueva cuenta aprovecha el turnover para, en su primera jugada, lograr una anotación por conducto de pase de Brady a Vereen, quien se escapa 83 yardas. Cierto sector de aficionados comienza con abucheos discretos a su equipo.

Y justo en el momento en que parece más que inminente una humillación, llega la jugada que marcará la vida de Mark. La que lo etiquetará para siempre.

Formación en “I”, jugada diseñada para entregar el balón rápido a su fullback y así desorientar a la defensiva. Restan 9 minutos con 11 segundos para culminar la primera mitad del juego. Sanchez recibe el snap de su centro en la yarda 31 del propio campo y por error gira a su izquierda, donde no hay un solo jugador que pueda tomar el ovoide. Mark titubea, trata de rescatar la jugada, este es SU momento. Corre de manera intempestiva con dirección a la línea de scrimmage, pero no tiene a dónde ir. Al momento de tratar de romper la jugada con un deslizamiento al césped (para así no arriesgar el físico y el balón) choca directo con el trasero de su guardia Brandon Moore, esto provoca que suelte el ovoide. Sanchez yace en el emparrillado y Moore cae encima de él, Gregory de forma sorpresiva se encuentra con la bola del juego a su paso y la recupera, devolviéndola sin ser tocado hasta la zona de anotación del equipo de Nueva York, gestando así la actuación defensiva del partido y de la semana.

Esa noche nació el “Butt Fumble”.

Abucheos con mayor resonancia, miradas atónitas y risas a lo largo y ancho del estadio, en las pantallas se proyecta la repetición de una jugada de la que nadie da crédito. “Nunca antes había visto algo así”, menciona el analista Chris Collinsworth. Los Patriots aventajan por 21 sin respuesta contraria. La transmisión se va a corte y a su regreso se menciona que un sector del estadio comenzó con cánticos pidiendo a Tebow. New England despeja y en el retorno de la patada provocan un nuevo balón suelto, recuperado por Edelman quien lo regresa para un touchdown más.

Veintiocho a cero, tres anotaciones en un lapso de 52 segundos. Back to back to back.

La afición ha pasado poco a poco de los abucheos al silencio, el cual termina por tornarse sepulcral. Algunos cuantos han comenzado a retirarse del estadio, en donde resuena el éxito “It Ain’t Over ‘till It’s Over” de Lenny Kravitz para, de alguna manera, animar a los asistentes que aún permanecen ahí.

La transmisión de NBC comenzó con una audiencia de 24 millones de televidentes, para las 10 de la noche está en 15, hora en la que el partido no es más que una paliza.

Las cámaras enfocan a Sanchez, como si fuera el único culpable de esta hecatombe, como si su defensa no estuviera siendo de papel hasta el momento, como si sus equipos especiales no hubieran cometido errores cruciales, como si sus armas ofensivas fueran de élite. De nuevo es abucheado al entrar al campo en su siguiente oportunidad. Es devastador. A nueve minutos del medio tiempo el encuentro está resuelto. El resto es historia…

El juego terminaría 49-19 a favor de New England. Al día de hoy los Jets no han vuelto a aparecer en playoffs, su acérrimo rival ha llegado a 4 Super Bowls y ganado 3 de ellos.

“Estoy agradecido. Agradecido por mi familia y amigos, y su apoyo incondicional. Quiero desearles un feliz Thanksgiving”: Un mensaje de Mark Sanchez mostrado minutos antes del infame “Butt Fumble”, minutos antes del momento que definió su carrera.

¿Qué pasó por la mente de sus amigos y familiares posterior a ello? ¿Qué sentían en sus corazones? ¿Cómo hicieron para sobrellevar aquella terrible noche? En pocos minutos el video del momento se viralizó. De pronto su ser querido es el hazmerreír de una nación entera.

Llevó a un equipo de “medio pelo” a dos apariciones consecutivas en el juego de campeonato de la AFC, el último apenas una temporada antes. Y de pronto un momento que duró unos segundos lo opaca. Trató de construir un legado a base de esfuerzo y trabajo duro, pero hoy ese mismo legado recae en un balón suelto con un cabezazo en el trasero de uno de sus compañeros incluido. Ahora es parte de los “No Top 10”, de los bloopers de la semana, de la sección chusca de los programas deportivos.

Pasó de ídolo y modelo a seguir, a ser la burla de todos. La comunidad mexicoamericana lo apoyaba como si de un estandarte nacional se tratara, hoy no se quieren acordar de él. Sus jerseys se vendían como pan caliente en las tiendas, ahora nadie los quiere ni con descuento.

Pero Mark lo tomó con paciencia, volvió al trabajo, hizo lo suyo y trató de hacerlo siempre mejor. Se apoyó en su gente, participó en caridad, trató de olvidarlo rápido. Pero ellos no dejaron que eso pasara. No permitieron que se olvidara. Nunca lo deslindaron de su propio nombre.

¿Te has sentido menospreciado alguna vez en tu vida? ¿Has pensado que tus mejores momentos han sido demeritados por cosas sin sentido? ¿Por situaciones efímeras y hasta cierto punto tontas? ¿Has dado siempre lo mejor pero lo que más se recuerda de ti es un mal paraje en tu vida?

La caída en picada de la alguna vez promesa y estrella de Nueva York inició en ese momento. Sanchez no volvió a destacar en su carrera, la cual desde su etapa colegial y a lo largo del profesionalismo tuvo momentos sombríos, así como algunos brillantes. Pasó sin pena ni gloria por Eagles, Broncos, Cowboys, Bears y Redskins.

Las puertas terminaron por cerrarse para Mark. El 23 de julio de 2019 dio cerrojazo a su carrera profesional de ocho años, anunciando su retiro definitivo de los emparrillados para unirse al equipo de ESPN como analista de fútbol americano colegial.

Sólo al final sabremos si fuimos jueces justos con este jugador. Me inclino a pensar que no.

Por Kevin Alejandro Hernández (@KevoGallagher)

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